quien ha venido siguiendo mis historias, sabe que el día de ayer, fue el primer cumpleaños de mi hijo en el que no pude acompañarlo físicamente llené mi día de actividades para “distraerme” y acepté la invitación a una cena, en la que por “casualidades”, estaba un tatuador dudé… y aunque hay cosas que no hacen falta tatuarse para que siempre estén presente, sellé en mi piel la fecha que conocí el verdadero amor hoy, me lo he visto dos veces y ha sido un bonito recordatorio para echarle leña a las ganas de convertirme en su mejor ejemplo
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