Cuando el maestro les lavó los pies a sus discípulos hizo un acto profético, donde el verbo, el maestro de maestro, la palabra en persona les lavó los pies, y se les fue necesario que el maestro les lavara los pies, por que el acto profético que el maestro nos quería enseñar es que El es quien nos limpia, nos lavó, nos restaura, nos sana, que su palabra tiene lo que necesitamos . Su palabra tiene poder, su palabra produce en nosotros el buen fruto y su palabra permanece para siempre .
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