#tendencias #colombia / La difícil situación económica que Sandra del Pilar vivía en su hogar la llevó a tomar una compleja decisión el día en el que recibió la llamada del colegio de su hijo en la que le informaban que el menor se había desmayado por hambre. Como medida desesperada para aliviar el hambre de su hijo, Sandra resolvió tomar un pollo asado de un establecimiento comercial y salir sin pagarlo. Según relató Sandra, las autoridades le permitieron ir a su casa, por lo que tuvo la oportunidad de buscar una nueva forma de salir adelante y se volvió una de las cocineras más famosas del barrio Mazurén, al norte de Bogotá. “Comenzamos a hacer antipasto, y comenzamos a hacer empanadas, y comenzamos a hacerme conocer por todo Mazurén, entonces ya era la más famosa de Mazurén, entonces yo vendía desayunos, almuerzos, empanadas en mi casa, lasagnas, arreglaba fiestas de 15, ¿qué no hacía?, con mi esposo”, dijo. Pero la historia de éxito que había cosechado con tanto trabajo y en compañía de su esposo y familia no duró mucho: “Me dice un agente: ‘doña Sandra permítame la cédula para terminar la diligencia’, y me dice: ‘póngase otro saco y unos zapatos porque nos vamos’, y de una vez déjeme ver la cédula de su esposo, entonces dijo el agente: ‘sí, don Mauricio, también póngase unos zapatos y otro saco porque nos vamos, tienen un llamado de 13 años y 8 meses’”. La noticia la tomó por sorpresa, pero tuvo que pagar una condena por utilizar menores de edad para cometer un robo, por lo que desde que ingresó al Buen Pastor, ha buscado obtener un descuento en su pena que le permita reunirse de nuevo con hijo y con Mauricio. En medio de su paso por la cárcel, Sandra del Pilar ha invertido su tiempo sirviendo como docente, incluso, ha sido defensora de derechos humanos, pero se encuentra muy preocupada por el estado de salud de Mauricio.
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