Sostener esa mano se sintió como dicen que se siente. Uno pasa la vida presentándose con personas, pero son pocas las veces que un roce de manos se siente como electricidad. Esa noche yo la sentí. No me pregunten qué hubo distinto, hay cosas que uno siente y ya. No había gran razón para presentarnos, yo era la estrella de Iván, mi productor. Hacia más de lo que me tocaba y en ese momento era su pupila talentosa, así que con orgullo siempre me presentaba a todos y entre ellos, estaba Andrés. Después de unas sonrisas pro, me ofrecí a acompañarlo para hacer un recorrido por el lugar. Caminábamos por el salón mientras sonaba La Terraza de Caramelos de Cianuro, siempre he sido muy de Rock and MAU, así que no pudo sonar mejor playlist, aunque con el tiempo entendí que la letra fue una premonición. Hablamos toda la noche. A mí que me encanta sacar conversación y él que siempre tenía algo bueno para decir. Recuerdo lo rápido que coincidimos entre risas. Recuerdo como tomó esa rosa y me la regaló en un coqueteo fugaz. Pasaron años para dignarme a sacar la rosa del congelador y finalmente botarla. Recuerdo mirarlo y decir "¿qué estoy haciendo aquí? "¿Y este quién es?". Pero lo veía y sentía que lo conocía desde siempre. Como si nos estuviésemos esperando. Él era como cuando suena esa canción que te eriza la piel y sabes que debes bailarla. Pasaron horas hasta que miré el celular y ya venían por mi. Le comenté y gentilmente me sugirió "si quieres te llevo". Pero no. Era bueno conversando, pero yo no lo conocía. - Ya vienen por mí - logré decir. Nos despedimos. Me estrechó la mano, me llevó hacia él, un beso en la mejilla y ahí estaba ese perfume. No me había equivocado, iba a ser difícil de olvidar. ¿Nos volveríamos a encontrar? Continuará...🌱 ------------------------------ ⭐ Busca la primera parte en mi perfil.
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