Quisiera vivir en una de esas pelis que tanto me gustan. Esas en donde la protagonista no sabe adónde va pero llega. En donde hay confusión, pero también risas. Quisiera que la peli fuera en un verano de esos en los que uno sabe que algo bueno va a pasar, con atardeceres rositas y un buen playlist. Que las decisiones no pesaran tanto, que las expectativas no dolieran, que los 20's fueran más livianos, que exigirme no me hiciera tanto daño y que mi corazón no salga herido. Quisiera ponerme un vestido bonito. Peinar mi pelo y caminar descalza. Bailar al son que me pongan la canción y sentirme tan ligera que pueda dar vueltas con el viento. Quisiera poner mi mirada en Jesús, que solo Él me bastara, que su paz inundara mi ser. Que mi vida sea una evidencia de su sobrenaturalidad. Que mi corazón se llene de gozo y mis labios de alabanza. Quisiera por un momento no preguntarme qué es lo que viene, sino ponerme una banda en los ojos y seguir caminando, sin ver, pero con la certeza de que no tropezaré porque Él me lleva de la mano. Pero ¿Realmente estoy dispuesta a renunciar a mis propios deseos para dejarme guiar? ¿Realmente quiero entregar mi vida entera sin importar el costo? Capaz es solo emoción y por eso me cuesta. Hoy soy la protagonista con el corazón herido. Pero sé que seré la protagonista que vuelve a sonreír, porque la primavera siempre llega. Que se haga SU voluntad. Así lo decidí una vez. Así lo vuelvo a decidir hoy. “Señor, renuncio a todos mis propios planes y propósitos, todos mis propios deseos y esperanzas, y acepto Tu voluntad para mi vida. Me entrego, mi vida, mi todo completamente a Ti para ser Tuya para siempre. Lléname y séllame con tu Espíritu Santo. Úsame como quieras, envíame a donde quieras, haz toda tu voluntad en mi vida a cualquier costo, ahora y para siempre”. Ann 🤍🌱
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