Me daba mucho miedo no ser tan interesante siendo yo si me quitaban lo que hago. He compartido esta sensación de "lo que hago no me define" y muchas se han acercado a contarme acerca de la presión que sienten con respecto a lo mismo. En mi onda de procesos honestos (mañana grabaré un video sobre eso), una de las cosas que más me ha costado dejar ir es mostrarme totalmente vulnerable, sin pintas de superpoderosa, de mostrar menos lo que hago y más lo que soy y siento. Me costó renunciar a eso porque por años he basado mi identidad en ser la inteligente, la creativa, la esforzada, la disciplinada, la constante, la trabajadora, la que cumple metas, la que sabe hablar, comunicarse.. y no es que no me guste, no es que no me sienta cómoda con mis talentos. Es que, cuando eso no me fue suficiente, porque sí, no es suficiente, me di cuenta que estaba tan encerrada en mi personaje que me aterraba que vieran a la Annella insegura, con dudas, con miedos, inmadura.. y no solo eso, sino también mi lado gracioso, emocional, jovial, juguetón, vanidoso, divertido, HUMANO.. y hasta espiritual. Sí, me costó aceptar que en medio de todo lo que estaba haciendo, también tenía una identidad como hija de Dios. Y me daba pena horrible hablar de Dios tan abiertamente (después hablo de eso🙃). Sentía que si ya no era la Annella "trabajadora" entonces, no iban a quererme igual, y por supuesto, no iba a "combinar" con mi parte "humana". Y no me equivoqué, porque sí, se alejó mucha gente que se había "enamorado" de lo único que veían en mi: una jovencita que nunca ha parado de crear y esforzarse. Pero esa jovencita necesitaba un respiro... Y cuento esto porque sé que es muy fácil encerrarse en una "identidad" solo para sentirnos "aprobados".. cuando la verdad es que, encerrado allí, terminamos vacíos y rotos. Pero Dios es experto restaurando y dando nuevos comienzos❤️
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