Los 26 me han traído una nueva forma de ver la vida. He crecido y lo noto cuando me doy cuenta que no acepto estar rodeada de conflictos innecesarios o estrés imprecisos. Me doy cuenta que he crecido, porque no me interesa ser alguien que no soy. Quiero honestidad, quiero transparencia, quiero ser yo misma y me gusta ser quién soy. Me gusta lo que veo en el espejo cada vez que me miro. Me gusta mi cabecita loca e inteligente. Me gusta mi corazón frágil e incierto. Y mi espíritu que me alerta cuando estoy haciendo lo que no debería. Me gusto cuando hablo, cuando rio, cuando me molesto, hasta cuando estoy triste me gusta, porque entonces presto atención a lo que no quiero más. Me gusta la cotidianidad. Estar en mi casita en Las Nubes. Estar rodeada de gente feliz y agradecida. Pasé mucho tiempo queriendo esto. Tener seguidores, que la gente me leyera, que yo les gustara. Pero aunque tengo lo que una vez quise, cada vez me genera menos placer. Y más placer me da lo secreto. Mi vida con Jesús. No sé si es la edad o que todo lo que he vivido me ha traído hasta aquí. Pero sí sé algo: si algo o alguien no cumple con lo que me gusta, ya no me da miedo ni culpa decirle que NO. 🌱🤍✨ Ann.
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