Te exiges mucho. Te hablas fatal. Te juzgas muchísimo, sin darte cuenta de que así es más difícil alcanzar metas. Recuerda tu infancia: ¿en qué salón de clases tenías más ganas de hacer la tarea? ¿En el salón donde la profesora gritaba, maltrataba o castigaba a los alumnos (incluyéndote) o en aquel salón en el cual la profe era amable, cariñosa y te explicaba todas las veces necesarias hasta que entendieras? Yo puedo ver que la opción número dos era sin duda la más agradable. Si esa opción es la de tu preferencia, ¿qué tal si empiezas a hablarte así? ¿Qué tal si empiezas a supervisar tus pensamientos para que tú diálogo sea tan amable como el de esa profesora? ¿Cómo te estás hablando a ti? Píllate cada vez que te estés exigiendo, cada vez que te estés criticando y en lugar de juzgarte por ello, reemplaza esa forma de hablarte por una más amable. Para eso, diseñamos nuestro calendario, para que sea tu recordatorio constante de cómo ser compasiva mientras alcanzas metas. Para que en lugar de perseguirte, te permitas tener actos de amor propio y descanso, para que en lugar de señalarte por no haber hecho algo, amablemente te lo recuerdes. Nuestro calendario te habla bonito para que tú también te hables así. Y cada vez que sientas que “nada pasa” te lleves a realidad, porque algo está pasando, algo estás haciendo si tú estás leyendo hasta aquí. Lo que harás que pase es cambiar la forma en la que te hablas, porque sé que por tus metas algo has hecho, así sea despertarte hoy, y eso ya es algo. Reconoce tus acciones por más pequeñas que sean y celébrate cada pequeño logro, para que los demás valgan la pena. Has hecho suficiente aunque así no lo sientas, porque estoy segura de que puedes reconocer los alcances de otras personas, ahora gira la mirada hacia el adentro ¿qué estás alcanzando tú? ¿Cuál fue tu pequeño logro? Y si te sientes cómoda, cuéntame en los comentarios qué hiciste tú. Mi logro fue: haber escrito este post para ti ❤️✨
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