Querida amiga: Sabes que aprecio mucho tu amistad, que te quiero y que considero que eres una mujer valiosísima aunque a ti te cueste verlo. Juntas hemos atravesado noticias difíciles, momentos de llanto incontenible, alegrías infinitas, planes que atesoraré por siempre. Sin embargo, últimamente se me está haciendo difícil ayudarte. Sé que estás atravesando un momento de esos en los que cuesta hablar, en los que te avergüenza lo que pasa y valido totalmente tu emoción. Incluso me doy cuenta de que evitas hablarme del tema en cuestión. Y si no me quieres contar algo, lo respeto 100%. De todas formas, no soy la persona más indicada para apoyarte. Yo solo soy una humana más tratando de sobrellevar su propia vida y cometiendo errores en el camino. Por eso, quiero sugerirte que busques ayuda, un o una profesional de la psicología, que tiene las herramientas para acompañarte en esta etapa tan difícil. No solo te ayudará a armar tu propia cajita de estrategias para gestionar tus emociones, sino que te puede ayudar a solucionar ciertos problemas que ahora mismo se ven sin resolución alguna. Sé que la idea de un psicólogo puede aterrar y que quizás en este momento no tengas la posibilidad, dime cómo puedo ayudarte para que juntas hagamos esto realidad y obtengas la ayuda que mereces. Pero, por favor, haz algo por ti. Me duele mucho verte sufrir. Y como dicen por ahí “el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”. Súmale nuevas opciones a tu vida que sean más llevaderas y agradables, te lo mereces. Mereces ser feliz y mereces ser querida sanamente, aunque quizás ahora no lo veas. Ojalá pudieras mirarte con los ojos con los que yo te observo: percibo a una mujer increíble, llena de brillo, compasiva, cariñosa con quienes más le importan, presente, constante, enérgica y dichosa de todo lo lindo que le pasa. Ojalá pudieras mirarte con estos ojos de amor con los que yo te distingo. Por lo pronto, me comprometo a seguir estando aquí para ti en las buenas y en las malas, pero me quedé sin cartas debajo de la manga y este es mi último as. Busca ayuda profesional. No te arrepentirás. Con cariño, tu amiga incondicional. | RedGage

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Querida amiga: Sabes que aprecio mucho tu amistad, que te quiero y que considero que eres una mujer valiosísima aunque a ti te cueste verlo. Juntas hemos atravesado noticias difíciles, momentos de llanto incontenible, alegrías infinitas, planes que atesoraré por siempre. Sin embargo, últimamente se me está haciendo difícil ayudarte. Sé que estás atravesando un momento de esos en los que cuesta hablar, en los que te avergüenza lo que pasa y valido totalmente tu emoción. Incluso me doy cuenta de que evitas hablarme del tema en cuestión. Y si no me quieres contar algo, lo respeto 100%. De todas formas, no soy la persona más indicada para apoyarte. Yo solo soy una humana más tratando de sobrellevar su propia vida y cometiendo errores en el camino. Por eso, quiero sugerirte que busques ayuda, un o una profesional de la psicología, que tiene las herramientas para acompañarte en esta etapa tan difícil. No solo te ayudará a armar tu propia cajita de estrategias para gestionar tus emociones, sino que te puede ayudar a solucionar ciertos problemas que ahora mismo se ven sin resolución alguna. Sé que la idea de un psicólogo puede aterrar y que quizás en este momento no tengas la posibilidad, dime cómo puedo ayudarte para que juntas hagamos esto realidad y obtengas la ayuda que mereces. Pero, por favor, haz algo por ti. Me duele mucho verte sufrir. Y como dicen por ahí “el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”. Súmale nuevas opciones a tu vida que sean más llevaderas y agradables, te lo mereces. Mereces ser feliz y mereces ser querida sanamente, aunque quizás ahora no lo veas. Ojalá pudieras mirarte con los ojos con los que yo te observo: percibo a una mujer increíble, llena de brillo, compasiva, cariñosa con quienes más le importan, presente, constante, enérgica y dichosa de todo lo lindo que le pasa. Ojalá pudieras mirarte con estos ojos de amor con los que yo te distingo. Por lo pronto, me comprometo a seguir estando aquí para ti en las buenas y en las malas, pero me quedé sin cartas debajo de la manga y este es mi último as. Busca ayuda profesional. No te arrepentirás. Con cariño, tu amiga incondicional.

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