Los límites son molestos, sé que no quieres incomodarte poniéndolos ni que te molesten poniéndotelos, pero son necesarios para tener relaciones saludables. Establecer límites es pedir respeto, es recordar que mereces consideración y dibujar un mapa de cómo te gusta ser tratado ¡y es totalmente válido y necesario! Los límites son como un manual de instrucciones que toda persona debe tener, como cualquier aparato electrónico valioso. Viene en una hermosa caja, tiene capacidades increíbles, eventualmente fallará pero tiene consigo un manual de instrucciones. Dicho manual es individual, solo tienes que estar en silencio, sentarte unos minutos y pensar qué es eso que te incomoda, te molesta, te genera culpa o vergüenza, es decir, qué te genera malestar. Escribe todo eso que te inquieta y piensa qué de eso tú puedes controlar y qué no. De lo que tú puedes controlar te harás responsable y de lo que no, o aprenderás a gestionarlo o lo escribirás en tu manual. De ahora en adelante, ese será tu manual de instrucciones o tus límites, e incluirán: -Aquello que no te gusta que te digan -Cuál área de tu vida consideras privada -Aspectos de ti respecto a los cuales no pueden opinar otras personas ¡Y voilà! Ahí tendrás ese mapa que de vez en cuando tendrás que dibujar para otras personas. La vida poco a poco te irá enseñando cómo conocerte y qué nuevos límites requieres en cada etapa de tu vida. Al principio no será fácil pero como toda habilidad requerirá de práctica. Una vez tengas claro todo esto, pasarás a comunicar asertivamente a otras personas lo que te incomoda. Y recuerda que poner límites implica estar dispuesta a recibirlos también de los demás 😉
You've added this content to your favorites.
Post your comment
Load More
