RedGage is the best way to earn real money from your photos, videos, blogs, and links.

Imagínate que tus emociones son como un mensajero que viene a entregarte un paquete con cada emoción. Con la única condición de entregar el recado en tus manos. Cuando viene con una emoción agradable la caja es azul y como sabes que se siente bien, no ha llegado a la puerta y tú saltas a abrirle paso para recibir esa caja cual pedido en Prime. Pero cuando se trata de una emoción desagradable y la caja es roja, tú identificas que no se siente tan bonito, así que te haces la que no escuchaste el timbre. No abres y el mensajero se queda parado frente a la puerta, pues no puede irse hasta no hacerte la entrega en tus manos. Toca el timbre, toca la puerta, toca la ventana y nada. Sigue tocando y tocando desesperadamente hasta que quema el timbre, golpea y golpea la puerta hasta abollarla, y ahora le pega a la ventana hasta romperla. Con el sonido de los vidrios tú te dignas a abrir la puerta para recibir la emoción que tanto evitaste. Y así son las emociones desagradables, por no querer recibirlas son ignoradas sin darnos cuenta de que dejarán un desastre a su paso. Cuando estás molesta, tu cuerpo y tu mente te están informando que te encuentras frente a una injusticia. Y sí, es desagradable molestarse pero también es necesario. Y por ende esta emoción merece ser validada. Merece que le des un espacio así como se lo das a la alegría, a la sorpresa o a la tranquilidad. Y mientras más intensa es la emoción que sentimos más amor, contención y apoyo necesitamos. ¿Qué tal si eres tú quien comienza a dárselo? ✨❤️

Thanks. Your rating has been saved.
You've added this content to your favorites.