En terapia descubrí por qué tenía elecciones tan desacertadas de pareja; por qué sentía tanta vergüenza; por qué me generaban inseguridad distintas partes de mi cuerpo y de mi ser; por qué participaba frenéticamente en castings y concursos de belleza; y cómo el bullying, mi cultura, mi crianza y las familias entre las que crecí influyeron en mí. Me descubrí. Miro hacia atrás y solo puedo ver con ternura a esa Eva del pasado, tan valiente y audaz, que con tan solo 18 años decidiría buscar ayuda para convertirse en una mejor profesional de la Psicología y para conocerse más a ella misma. Así como cuando conoces a tu mejor amiga. Al principio ella es lo máximo, pero luego vas descubriendo que hay aspectos de ella que te molestan, actitudes que te enervan, inseguridades que te preocupan, conductas que te enternecen y logros que a ti te alegran, así mismo es el proceso terapéutico. Tenía 18 años cuando decidí ir a terapia por primera vez. Ahora tengo 33. Recuerdo lo nerviosa que estaba pero siempre he sido optimista así que a pesar de la ansiedad seguí yendo sin imaginar lo que vendría después. Mi psicóloga y yo hemos visto mi crecimiento lento pero seguro. A esa primera consulta llegó una joven que se creía niña y decía orgullosamente “soy una niña”, cuando realmente ya no lo era. Ansiosita pero sin saber que era nervios lo que sentía. Para esa época yo pensaba que era rapidita, enérgica o torpe. Luego pude ponerle nombre a esa parte de mí misma. Y así fui mirando cada vez más hacia adentro, hacia mis relaciones, mi infancia, mis elecciones, mis inseguridades y mis temores. Para luego, poco a poco, ir moldeando la mujer en la que soy hoy y en la que me sigo convirtiendo cada día. Uno de mis sueños fue ser una gran persona, una amiga confiable, una pareja estable para alguien, una pariente que es familia y un lugar seguro para mí y quienes me rodean. No siempre lo fui, pero ahora sí puedo decir que soy ese puerto al que mis barcos y tripulaciones quieren llegar. Dejo que se vayan y vuelvan quienes quieran, pero aquí siempre estoy siempre y cuando se cumplan mis regulaciones, límites no manipulaciones. Así son los puertos 😊 En terapia me conocí a mí.
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