Cuando alguien cumple años, no dudas en hacerle un regalo o le das tu tiempo. Cuando alguien está de aniversario, te esmeras en felicitarle. Cuando alguien alcanza una meta, tienes un gesto con esa persona. Y cada tanto tienes un detalle con tus amistades. Ahora bien, cuando se trata de ti ¿qué te haces? ¿Cómo te sientes al auto-regalarte? Sé que pocas veces te acuerdas de tener un presente contigo, que has normalizado y minimizado los logros obtenidos, pero que además cuando te atreves a dar el paso de hacer algo por ti sientes culpa. ¿Qué te dice esa culpa? ¿Es acaso muy costoso algo que te estás obsequiando? ¿Consideras innecesario premiarte por tus esfuerzos? ¿Crees que mereces tratarte bonito y agasajarte? Nos enseñaron todo mal 🥹 Pero estamos a tiempo de aprender a priorizar a quién merece ser priorizado/a, es decir, a ti. Te mereces un regalo porque sé que te has esforzado. Te mereces un regalo porque mereces amor. Te mereces un regalo porque no importa tanto el resultado de lo que hayas alcanzado. Te mereces un regalo simplemente porque sí. Y cuando sientas culpa, piensa en estas 3 razones por las que mi psicóloga me enseñó hace años que puedo hacerme un regalo: - Porque lo necesito - Porque me lo gané; y - Porque sí No necesitas muchas razones para consentirte a ti 😉 Espero que aprender esto te tome menos tiempo del que me tomó a mí ❤️
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