¿En qué momento llegó a ser tu pareja más importante que tú? No es reclamo, es reflexión. ¿Fue cuando te diste cuenta de que te gustaba tanto por dentro como por fuera, que pensaste que no le cambiarías nada? ¿O fue cuando te diste a la tarea de conquistarle día tras día? ¿Fue cuando cambiaste tus planes para priorizar los suyos e incluso madrugaste para hacerle más fácil el camino? ¿Fue cuando en el sexo le complacían antes que a ti e incluso a veces no quedabas complacida tú? ¿Fue cuando empezaste a hacerle sorpresas y dejaste de darte regalos a ti? ¿Fue cuando decidiste ir a terapia para resolver los problemas de ambos tú solita? ¿Fue cuando le empezaste a cocinar sus platos favoritos, cuando le cocinabas delicioso y le servías el plato bello y a ti te haces lo que sea y comes parada sin plato? ¿Fue cuando dejaste de ir a planes con tus amigas por estar con él? ¿Fue cuando le empezaste a hacer masajes y hasta manicure y pedicure también, pero tú no tenías tiempo de ir al salón y atenderte? ¿Cuándo fue que tu amor por él superó tu amor por ti? Porque amar no tiene porqué implicar relegarte. Amar no tiene porqué ser descuido. De hecho, para que una relación de pareja esté bien, ambas partes deben estarlo. Muchas personas desean tener pareja sin saber el trabajo que conlleva, tanto individual como en equipo. Y seguir sosteniendo el trabajo individual a pesar de las dificultades que viva y se vivan con la otra persona, es una gran tarea. A pesar de todo esto, recuerda que eres importante. Cuéntame: del 1 al 5, ¿qué tan difícil crees que es priorizarte en la relación?
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