¿Cómo llegué a vender diarios? Érase una vez una niña que tenía 8 años, a quienes sus padres regalaron un diario de Barbie para que escribiera allí lo que ella quisiera. Creemos que todo empezó tras verlo en películas y series de Tv, pero además por su amor hacia la escritura. Desde que aprendió a hablar siempre tenía algo que decir y desde que supo cómo escribir fue lo mismo. Aquel diario de páginas color rosa se fue llenando en sencillas palabras de todo lo que la maravillaba a su alrededor. En esas líneas esbozaba su amor por compañeros de clase, sus rencillas con amistades, los nuevos afectos y los que dejaron de serlo, y sus pensamientos sobre sus padres y hermana y demás familiares. Dibujos, rayones, recortes, fotos pegadas, stickers, trazos y mini obras de arte reflejaban su sentir y todo lo que ella creía del mundo y de sí. 25 años después ella puede leerse allí. Rememorar todos esos momentos sola escribiendo, transportarse a los recuerdos de la niña que fue, maravillarse con cómo era su letra, divertirse leyendo como si se tratara de un cuento y mantener presente ahora de adulta a esa optimista soñadora que siempre ha sido. Tantos años después puede re-conocerse, mirar cuánto ha crecido, enternecerse con quien ha sido y enorgullecerse de su camino. Esa niña soy yo, y ojalá todas las niñas tuvieran esta oportunidad. Pero si no es posible, regálaselo a tu niña interior. La oportunidad de escribir en un diario para empezar a mirarte y quizás en 25 años más te lo agradezcas. Luego de ver lo que hizo en mí y lo que hace en mis pacientes, me dije “tengo que crear una herramienta sencilla, amable y fácil de transportar que te permita conectar contigo y quererte un poco más”. Y así nacieron nuestros diarios de gratitud, emociones y pensamientos, disponibles en el link de mi bio.
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