Vivimos en un mundo donde el amar con el corazón ya no tiene valor, donde estar pensando en lo material para el futuro es más importante que ser feliz en el presente, pero creo en un Dios perfecto y aunque le fallemos una y otra vez el siempre nos está esperando con el corazón abierto para que nos arrepintamos de corazón y quise darme una oportunidad conmigo misma! Pero me di cuenta que si no hacemos las cosas como Dios nos manda, son oportunidades vacías.
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