Fue en aquel 2014, la penúltima vez que me quité la barba. Me había quedado sin trabajo por perseguir un sueño, el rentero de la casa donde vivía me dijo que la necesitaba y que pudiera salir lo más pronto posible, me mudé del Distrito Federal con rumbo a Puebla sin saber mucho a qué, estaba apunto de perder mi beca en la UNAM, mi novia me dejó y se había ido con otro, tenía y sin mentir, $5 pesos en la bolsa... y yo caminaba por los barrios habitados por fantasmas de aquella Cholula con aquel hermano paraguayo, platicando de todo esto y todo aquello, me dice mientras tenía clavada su mirada por las vías de aquel ferrocarril cholulteca... -No te debes de preocupar, SOS COMO UN GATO, SIEMPRE CAES PARADO" no supe cómo, pero en ese momento algo se movió dentro de mí, aquella frase ha taladrado tanto en mi vida, aquel momento ha sufragado tanto que después de todo, siempre he sentido que al final y al principio, tiene sentido; y nada, desde entonces sé que nunca he tenido miedo de empezar cosas, de nuevo y sin nada "SOS COMO UN GATO, SIEMPRE CAES PARADO" que cerca estamos de aquel 2014. Sigamos avanzando, abriendo todos los caminos, estamos hoy más cerca de ese lugar al que pertenecemos.
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